La rehabilitación de las ciento dos viviendas promovidas en 1964 por el Patronato de Casas para los trabajadores del puerto, se ejecuta en el marco de las subvenciones otorgadas por el Ayuntamiento de Gijón para manzanas residenciales degradadas.
El objetivo de las mismas es actualizar las características estéticas, constructivas y térmicas de los edificios, así como conseguir que todas las viviendas -que previamente no disponían de ascensor- sean accesibles.
Nuestro proyecto ha conseguido, sin alardes estéticos ni ostentosidades, dotar a la barriada de una imagen contemporánea de unidad en la individualidad, y ha resuelto los desafíos impuestos por las restricciones de partida: funcionalidad, racionalidad constructiva y económica, y optimización de las condiciones de habitabilidad.
Las nuevas escaleras y ascensores se insertan en un contexto constructivo y social complejo: las viviendas deben seguir habitadas durante toda la obra, por lo que el montaje tiene que ser ágil y lo más automatizado posible.
La prefabricación es la opción clave. La nueva estructura se ejecuta con perfilería de acero, en su mayoría premontada en taller. Y los elementos de peldañeado y forjados se realizan con losas prefabricadas de hormigón armado a las que se aplica un tratamiento superficial de resina epoxi.
Las fachadas -aisladas por el exterior- son lienzo y soporte neutro para las nuevas zonas comunes, que evocan en su composición la relación histórica del barrio con el mar.